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Poesía en el tiempo diferido: Miguel Torres Morales y el exilio que se hace canción

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Poesía en el tiempo diferido: Miguel Torres Morales y el exilio que se hace canción

Hay libros que llegan cuando tienen que llegar, no cuando los escribimos, y «Tu sombra y la lira» de Miguel Torres Morales es uno de esos extraños milagros editoriales que desafían la lógica del mercado y se instalan en nuestras manos como una conversación pendiente con el tiempo. Escrito en 1994, publicado en 2025: treinta y un años de silencio que no fueron mudez, sino gestación. Miguel Torres Morales nos entrega un poemario que trasciende las fronteras de lo que habitualmente entendemos por literatura nacional, y lo hace sin aspavientos, sin manifiestos ruidosos, simplemente escribiendo desde ese lugar incómodo y fértil que es el exilio intelectual voluntario. Porque hay que decirlo claro: este poeta peruano que vive en Alemania desde los 18 años no es un desterrado que llora por su patria perdida, sino un constructor de puentes imposibles entre mundos que solo pueden coexistir en la poesía.

Sus versos nos llevan de Barranco a Bonn sin escalas, como si entre el Puente de los Suspiros limeño y las aulas de filosofía alemana no hubiera océanos, sino apenas la distancia que media entre un verso y otro. En «El Puente de los Suspiros» escribe: «De niño mi rostro se alzaba hacia arriba y tu torso infinito cruzaba el vacío, tú fuiste la niebla del puente más alto del mundo en Barranco pueril». Esa es la operación poética fundamental de Torres Morales: convertir la memoria en presente perpetuo, hacer del recuerdo no una nostalgia paralizante, sino un material vivo con el que construir nuevas realidades. Su Barranco no es el Barranco empírico de Lima, sino el Barranco mítico que solo existe en la intersección entre experiencia y lenguaje.

Pero lo que más me interesa de este libro es su valentía lingüística. Torres Morales no se conforma con escribir en español sobre su experiencia alemana, ni en alemán sobre su memoria peruana. Va más allá: crea espacios donde ambas lenguas dialogan, se contaminan, se enriquecen mutuamente. El díptico «ME MUERO en papeles y tinta me ahoga piadosa» e «ICH STERBE IN PAPIEREN UND TINTE ERTRÄNKT MICH» no es traducción, es reescritura ontológica: cada lengua revela aspectos diferentes de la misma herida existencial. Esto me recuerda a esos personajes supervivientes que tanto me fascinan, esos que no se dejan vencer por las circunstancias sino que las transforman en oportunidad creativa. Torres Morales pertenece a esa estirpe: convierte el desarraigo en instrumento de conocimiento, la distancia en perspectiva privilegiada.

Su poema «A Friedrich Hölderlin» es, en este sentido, un manifiesto generacional: «Por ti yo supe ver que la vida es maravilla y es santuario sin fin». Torres Morales se inscribe conscientemente en una tradición doble: la del simbolismo peruano, con Eguren como referente explícito, y la del romanticismo filosófico alemán. No busca síntesis fáciles, sino tensiones productivas. Y aquí radica, creo, la modernidad profunda de este poemario: en su capacidad de ser simultáneamente local y universal, peruano y alemán, nostálgico y prospectivo. Torres Morales no escribe como alguien que ha perdido algo, sino como quien ha ganado la perspectiva múltiple que solo proporciona la experiencia migratoria consciente.

Pero si hay un protagonista secreto en este libro, ese es el tiempo. No solo el tiempo biográfico del autor, del joven que migra al adulto que publica, sino el tiempo como materia poética. Sus poemas están habitados por una temporalidad compleja donde pasado y presente coexisten sin jerarquías. En «Esperatriz» leemos: «Yo vi la belleza algún día y callé porque supe que no la entendía. Callé y la guardé porque quise aprender a cantarla algún día, más tarde». Ese «más tarde» ha durado treinta años, y es precisamente esa dilación la que ha permitido que estos poemas maduren hasta alcanzar la densidad que tienen.

«Tu sombra y la lira» llega en un momento en que necesitamos urgentemente nuevos modelos de identidad cultural. En un mundo globalizado donde las identidades nacionales se revelan cada vez más insuficientes, la poética transcultural de Torres Morales ofrece alternativas esperanzadoras al falso dilema entre esencialismo cultural y desarraigo cosmopolita. Su propuesta es otra: mantener raíces múltiples sin renunciar a la especificidad de cada una, construir pertenencias simultáneas que se enriquezcan mutuamente en lugar de anularse. Es, en definitiva, un modelo de ciudadanía poética para el siglo XXI.

Termino volviendo a ese dato perturbador: treinta años entre escritura y publicación. En una época de inmediatez editorial, donde se publica antes de haber tenido tiempo de pensar, Torres Morales nos recuerda el valor del silencio prolongado, de la maduración lenta, del tiempo diferido como condición de posibilidad de ciertas obras. Su libro no es solo un conjunto de poemas: es una reflexión profunda sobre qué significa escribir desde la experiencia migratoria contemporánea, sobre cómo el exilio intelectual voluntario puede convertirse en laboratorio de nuevas sensibilidades. Por eso «Tu sombra y la lira» no es solo un libro para leer: es un libro para pensar y repensar lo que puede ser la literatura en un mundo donde las fronteras tradicionales se diluyen y emergen nuevas formas de estar en el mundo. Y eso, en estos tiempos nuestros, no es poca cosa. Miguel Torres Morales ha escrito un libro necesario. Ahora nos toca a nosotros estar a la altura de su propuesta.

«Tu sombra y la lira», Miguel Torres Morales. Editorial Poesía eres tú, 2025.